Oído, Visto, Respetado
Practicar la escucha profunda y empatía con los colegas
Visión general
Esta actividad estimula la capacidad de los participantes para empatizar mediante tres sencillos pasos: escuchar, reconocer y responder, con el elemento beneficioso de la compasión. El arte de escuchar aumenta el nivel de confianza mutua entre los miembros de un mismo grupo. Fortalecidos por una experiencia de dar y recibir, los participantes se convierten en oyentes más conscientes y sensibles.
¿Cuándo usarlo?
- Para revelar lo habitual que es que la gente experimente que no está siendo escuchado, visto o respetados y que las personas se comportan de forma que hacen que otros sientan que no están siendo escuchados, vistos o respetados.
- Mejorar la escucha, la sintonía y la empatía entre los miembros del grupo.
- Darse cuenta de cuánto se puede lograr con sólo escuchar.
- Confiar más el uno en el otro cuando se enfrentan a situaciones confusas o nuevas.
- Ofrecer catarsis después de que las relaciones se tensen.
- Ayudar a los gestores a entender cuándo escucha resulta más efectivo que tratar de resolver un problema.
- En reuniones habituales, mejorar la calidad de la escucha y la empatía con los demás.
- Para los períodos de transición cuando las preguntas sobre el futuro son incontestables (por ejemplo, una integración después de una fusión, perturbaciones del mercado, agitación social) y lo que hace falta es escuchar con empatía.
- Cuando un individuo o grupo ha sufrido una pérdida y necesita un foro para compartir su dolor o desesperación.
- Para mejorar las relaciones de subordinación persona a persona en toda la organización.
¿Cómo aplicarlo?
Al inicio:
Invitar a los participantes a compartir una historia sobre un momento en que no fueron escuchados, vistos o respetados.
Setting:
Sillas una frente a otra, a pocos centímetros entre las rodillas de las dos personas. Todo el mundo habla, por turnos, en ambas funciones, como narrador y como oyente. Los participantes trabajan en parejas durante la entrevista y luego en grupos de cuatro para reflexionar sobre lo sucedido.
Tiempos/pasos:
- 3 minutos: Introducir el propósito del ejercicio: practicar la escucha sin tratar de arreglar nada ni emitir un juicio.
- 15 minutos: Por turnos. Cada persona tiene 7 minutos para compartir una historia acerca de no ser escuchado, visto o respetado.
Aconsejar al oyente evitar cualquier interrupción diferente de hacer preguntas del tipo “¿Qué más?” o “¿qué ocurrió después?”
- 5 minutos: Los participante comparten la experiencia de escuchar y contar historias con su compañero/a.
- 5 minutos: En un grupo de cuatro, los participantes comparten reflexiones usando 1-2-4-Todos, preguntando “¿Qué patrones se revelan en las historias? ¿Qué importancia le asigna al patrón? “
- 5 minutos: Preguntar a todo el grupo: “¿Cómo podría utilizarse este ejercicio para hacer frente a los desafíos revelados por los patrones? ¿Qué otras metodologías de aprendizaje se podría utilizar?
¿Cómo adaptarlo?
- Si parece apropiado para la dinámica de grupo, sustituir la palabra respetado por “amado” (es decir, la forma incondicional del amor: buscar el bien más elevado en el otro sin motivo para beneficio personal).
- Vincular a otras metodologías que ayudan con la reparación de las relaciones: Troika de consulta, Heurística de ayuda, Relaciones Generativas – STAR, Entrevistas Apreciativas (EA).
Consejos
- Estos consejos deben compartirse con los participantes:
- “Su pareja puede estar listo antes que usted. La primera historia que viene a la mente es a menudo la mejor “.
- Puede dar seguridad advirtiendo: “Quizás no quiera coger la historia más dolorosa que le viene a la mente.”
- Puede dar seguridad advirtiendo: “Hay que proteger cuidadosamente la privacidad del narrador. Pregunte qué partes, si hay alguna, se pueden compartir con los demás “.
- Sugerir: “Percátese de cuándo se forma un juicio (sobre lo que es correcto o incorrecto) o una idea acerca de cómo puede ayudar, a continuación, trate de olvidarlo.”